Tal vez, en más de una oportunidad te preguntaste: ¿Qué puedo hacer para que mi hijo/hija desarrolle una buena autoestima?
Antes de explicarte algunas estrategias sobre el tema, ponte en esta situación común y contesta -en tu mente- la siguiente pregunta:
Imagina que hoy, tu hijo/hija llega de la escuela y te muestra su examen con una calificación alta, ¿qué sería lo primero que le dirías?
Cuando hago este tipo de preguntas abiertas, muchos dan respuestas orientadas a elogiar o alabar al niño o niña, pues asocian “buena autoestima” con “buena conducta o mérito”. Aquí algunos ejemplos de respuestas:
Situación: Imagina que hoy, tu hijo/hija llega de la escuela y te muestra su examen con una calificación alta, ¿qué sería lo primero que le dirías?
Respuesta 1: “Wow, qué inteligente eres!”
Respuesta 2: “Excelente, ahora sí te mereces un premio!”
Respuesta 3: “¡Qué buena hija eres, me encanta que traigas notas así!”
Respuesta 4: “¡Qué bien, ahora sí le ganaste a tu amiguito!”
Los niños y niñas, por lo general, reciben los elogios con una sonrisa de oreja a oreja, motivo por el cual, el padre y/o madre confunde los elogios o alabanzas como una manera saludable de fomentar la autoestima de su pequeño.
Pero, ¿qué hay detrás de los elogios?
Las respuestas en este ejemplo, tienen un efecto común a largo plazo: aprobación. Cuando los niños/niñas reciben este tipo de respuestas de manera constante, obtienen diversos mensajes ocultos, dirigidos a la aprobación del otro. Estos niños/niñas, de adultos, logran desarrollar autoconceptos totalmente dependientes de las opiniones de los demás. Incluso, en estudios realizados se demostró que, los niños/niñas que son constantemente alabados o elogiados, prefieren tareas más fáciles para evitar cometer errores, pues creen que al primer fallo, podrían perder la aprobación ya ganada, por lo que su tolerancia a la frustración, tiende a ser disminuir.
Entonces, volvamos al título de este post: ¿Qué puedo hacer para que mi hijo/hija desarrolle una buena autoestima?
Una buena estrategia es darle respuestas de aliento o estímulo que vayan dirigidas a sus propias acciones, ya que éstas le permiten cuestionarse de manera interna sobre lo que piensa, siente y decide. Además, el niño/niña se involucra en la realización de más actividades, siendo capaz de reconocer y valorar sus propias habilidades. Aquí algunas respuestas de aliento, tomando la misma situación inicial del ejemplo:
Situación: Imagina que hoy, tu hijo/hija llega de la escuela y te muestra su examen con una calificación alta, ¿qué sería lo primero que le dirías?
Respuesta 1: “Diste lo mejor de ti, ¿Cómo te sientes por lo que has logrado?"
Respuesta 2: “Seguro sientes orgullo por tus logros"
Respuesta 3: “Celebro las consecuencias de tu esfuerzo y dedicación”
Como verás, este tipo de respuestas permiten que el niño/niña empiece poco a poco a conocer cuáles son las consecuencias de sus actos, asumiéndolas con responsabilidad. Lo invitan a comprender cómo se siente en dicha situación (no los demás), construyendo una autoimagen en relación a sus propias capacidades, lo que a su vez lo anima a tomar mayores riesgos frente a las oportunidades que se le presenta, sin necesidad de esperar algo a cambio, porque la autoestima no se da ni se recibe sino, se desarrolla a través de un sentido de capacidad y autoconfianza, las mismas que se obtienen cuando resuelve problemas, cuando se enfrenta a retos diarios o cuando utiliza los errores como fuentes de aprendizaje.
Si hoy te diste cuenta que por mucho tiempo estuviste usando elogios o alabanzas, creyendo que contribuyen en el sano desarrollo de la autoestima de tu hijo, recuerda que todo en la vida es aprendizaje y que siempre tendrás la oportunidad para reparar y mejorar. Hoy es un buen momento para empezar.
Respira. Ponte en su lugar. Ama.
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